Siempre digo a los padres que vienen a mi consulta desesperados que ójala tuviesemos un libro el dia que nace nuestro hijo que nos explicase qué hacer ante cada situación que nos ocurre con ellos, pero lo siento, no existe ese libro a medida para usted y para su hijo. En muchos casos me encuentro con lo siguiente: Si le has traido al mundo para que sea una copia mejorada de ti, da ese sueño por perdido y lo peor, ese ser que tragiste con tanta ilusion y tanto amor sentirá que nunca está a la altura y que nunca hace lo suficiente por agradarte. Por tanto se volverá en tu contra, ya que pensad que si creo que nunca hago lo sufiente ¿para qué he de esforzarme en hacer algo bien?…
 Si en nuestro vocabulario y en nuestra manera de dirigirnos a ellos no está el motivarles, creer en ellos, elogiarles, darles su independencia, confianza y amor ¿quien esperamos que lo haga entonces?.
Exigimos y exigimos, la sociedad exige y por tanto nosotros tambien porque no queremos que se queden rezagados. Observamos al detalle todo aquello que hacen mal, pueden mejorar o directamente lo que no realizan (como ordenar su habitacion). Somos especialistas en pillar sus mentiras y tambien somos sus agendas para que todo sea correcto y las consecuencias no sean peores. Esa es la idea que predomina. 
Pero el error está en hacer hincapie en todo ello, en esta parte negativa. Se nos llena la boca diciendo que hoy en dia los niños tienen de todo y que en nuestros tiempos no era asi ¡y qué mas quieren! tienen movil, play, ordenador, vacaciones, miles de juguetes, …. pero ¿qué hay de enseñarles los valores reales, aprender a relacionarse, saber compartir, saber tomar decisiones, saber escuchar y empatizar con animales y seres humanos, saber vivir y disfrutar sin aquello de lo que les llenamos esos huecos vacios (con cosas materiales)?
Lo que tú crees que necesitabas en tu infancia no es lo que ellos necesitan en la suya.¿ Cuál es el problema entonces si sabemos que de la manera que hago las cosas no me sirve?, el reto se encuentra en empezar a realizarlo de otro modo. Ahi es donde intervengo con pautas nuevas de conducta y tratamiento pero entonces llega la temida «perdida de control»,  dejo de hacer aquello a lo que estaba acostumbrado con mi hijo y eso me hace sentir que yo no tengo el control (pero piensa que si has venido hasta aqui es porque de algun modo ya lo habias perdido y eso que hacias de esa manera ya no te sirve) y ademas quizas implique un esfuerzo en mi cambio de pensamiento que no quiero llevar a cabo por miedos, incertidumbres,…como «si hago esto…. puede que pierda la poca autoridad que tenia y entonces…..» pero estos son pensamientos para no salir de vuestra zona de confort… simplemente es un mal habito adquirido durante mucho tiempo y tenemos miedo de romper.
Cuando queremos que algo cambie en nuestra familia debemos preguntarnos primero si estoy yo preparado para ese cambio, y si vuestra respuesta es un SI lo teneis todo para empezar a mejorar. Todo cambio empieza por uno mismo. Toda gran marcha, comienza por un primer paso.

Diana Sanchez Gonzalez. 

Colaboradora Educacoach

Licenciada en Psicología especialidad Clínica y Master en intervención en ansiedad y estrés por la Universidad Complutense de Madrid.
Experta en Psicología Jurídica (COP). Ponente en congresos con participación científica sobre casos individuales y programas grupales.
Psicologa-Coach experta en grupos hace mas de siete años. Formadora con técnicas de Coaching para organismos públicos y privados.
Escritora de divulgación científica con el libro «Adolescentes: 50 casos problemáticos» y «Diseña tu vida. Atrévete a cambiar» (técnicas de Coaching).
Psicologa especializada en adultos y con problematica infanto-juvenil como tdha, problemas de conducta, obsesiones, depresión, ansiedad, emociones y salud.