1. El motivo: Es lo que nos mueve a hacer algo, la meta que queremos conseguir.
2. La confianza en nosotros mismos: Es el sentimiento de autoeficacia que nos hace estar seguros de alcanzar la meta. El conocimiento de nuestras capacidades nos permite apoyarnos en nuestras fortalezas.
Tener confianza implica asumir tareas complejas.
La confianza es un concepto fundamental para conseguir aquello que nos proponemos. Si esperamos lo mejor, utilizaremos mecanismos que nos lleven a ello, pero si esperamos lo peor, ocurrirá exactamente lo mismo pero en sentido contrario.
Para desarrollar la confianza es importante:
–Actuar: no dejar la responsabilidad de que algo suceda a la «providencia» o a la «suerte».
–Que se vaya haciendo poco a poco: Cada éxito que vamos consiguiendo, es un refuerzo para conseguir el paso siguiente.
–Evitar el perfeccionismo: Debemos pensar que la perfección no existe. Los perfeccionistas nunca están contentos del todo con los resultados.
Todos tenemos la libertad de escoger una determinada actitud frente a las circunstancias, por muy duras que éstas sean. Así, por ejemplo, cuando una persona optimista sufre un fracaso, busca las causas y le pone remedio. Cuando comete un error, sigue convencido de sus cualidades básicas, analiza como causas posibles los factores externos y, sin descalificarse, busca también en su interior. Pero no tiene miedo y mira al futuro con confianza.
Las personas, por naturaleza, tienen tendencia a una u otra actitud debido a su temperamento innato, pero dicho temperamento también puede modificarse gracias al aprendizaje que nos proporciona la experiencia.
Raquel Celada
Equipo de Educacoach
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